La pensión “El Sitio” es uno de los 1.600 negocios beneficiados por el programa Semilla Capital. ¡Para crecer juntos!, que llevan adelante
El trabajo en equipo que lleva adelante la familia de Limberg Herrera y Graciela Vargas es un claro ejemplo del compromiso familiar que existe detrás de las pensiones de comida: el negocio significa el sustento del hogar, y todos trabajan para sacarlo adelante. Incluso en tiempos desafiantes, como los de la pandemia.
"Durante la pandemia cerramos dos meses. Fue difícil y sobrevivimos con productos que teníamos para la pensión”, cuenta Limberg, y enseguida agrega: “Cuando dieron permiso para entregar comida, trabajamos a puertas cerradas para entregar solo el almuerzo a los vecinos. Pero ahora ya estamos retomando el ritmo de a poco, nuestros clientes han vuelto y ya volveremos a brindar el servicio de cena".
De a poco, las cosas se van adaptando a la nueva normalidad. Lo que no cambia es el ritual de cada día: la jornada comienza bien temprano en el local de la pensión “El Sitio”, ubicado sobre la Radial 26, al norte de la ciudad de Santa Cruz. Y el objetivo es claro: preparar el menú y dejar a punto el lugar para recibir a los clientes que llegarán sobre el mediodía.
Con perfecta coordinación, cada uno sabe lo que tiene que hacer. Graciela se encarga de la cocina junto a Paola, la primogénita de la pareja, con el apoyo de un par de ayudantes externos entre semana. Los más pequeños ayudan a Limberg a acomodar el patio de su vivienda, donde actualmente funciona la pensión.
Limberg define al negocio igual que Graciela: lo siente como un hijo más, al que cuidan y dedican tiempo y cariño. Por eso, ante los desafíos de la pandemia, que obligó a cerrar a cientos de pensiones del país, han redoblado su esfuerzo para poder seguir abiertos en su barrio: tomaron todas las medidas de bioseguridad, para cuidarse y cuidar a sus clientes.
En este marco, Embol, una de las embotelladoras de
“Fueron meses duros pero ya abrimos nuestras puertas y con esta ayuda vamos a salir adelante”, afirma Limberg, que sueña con transformar la pensión en un restaurante con una variada oferta gastronómica.
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